El Rollo (horca o picota)

Situado en el eje central de la plaza, lugar estratégico por ser en el que confluyen las diversas calles, y por tanto de paso obligado, tanto para vecinos como para viajeros, se levanta imponente “El Rollo”, también conocido como Horca o picota.

 

Este es el emblema que acredita la categoría de villa y por tanto simboliza el poder que el señor feudal tiene para administrar justicia sobre sus vasallos. Este título se otorgaba a las poblaciones cabeza de mayorazgo, pues normalmente son éstas las poblaciones más destacadas en cuanto a infraestructuras, por ser allí donde reside el señor habitualmente, y desde donde administra justicia sobre sus dominios. Belvís adquiere el título de villa hacia los últimos años del siglo XIV o primeros del XV, en tiempos de Diego Gómez de Almaraz.

 

En el Rollo se exponía a los reos a la vergüenza pública, desde donde eran apedreados, insultados y humillados por sus propios vecinos. Era este, además, el lugar en el que se colgaba a los presos condenados a muerte o se exponían los miembros mutilados de los ejecutados. Podemos decir, por tanto, que servía como medio de adoctrinamiento, manifestando al mismo tiempo el poder del señor feudal.

 

El Rollo de Belvís posee características góticas, con una estructura sencilla formada por doce piezas que apoyan sobre una plataforma escalonada de cuatro cuerpos. El fuste es poligonal, concretamente ochavado (por presentar ocho lados). Hacia la parte superior encontramos un collarín decorado con bolas y a continuación las tres figuras zoomorfas que representan cabezas de jabalí y que servían de ganchos para ejecutar las sentencias. El conjunto se remata con un cuerpo cuadrado con un escudo en cada uno de sus lados, pero sin armas y por una punta de diamante.

 

Atrás