Convento de Santa Ana:

 

         Convento de monjas Dominicas fundado en 1586 por testamento de Fernando de Monroy, Hijo de Francisco, I Conde de Deleitosa. Este convento se encontraba en lo que actualmente conocemos como “La Henera” (por haber sido utilizado como almacén de heno o paja) a la entrada del pueblo por la carretera de Las Casas. Aún sus imponentes muros, mermados por el paso de los siglos, denotan tiempos mejores. Aquí encontramos parte de una gran iglesia, a la que se tenía acceso desde el exterior por un gran arco de medio punto bajo una fachada decorada con esgrafiados. Ésta sería la puerta de acceso a la nave, que estuvo cubierta con tejado a dos aguas o doble vertiente.

 

 La cabecera, orientada al Este, se separaba del espacio de la nave por un gran arco de medio punto que hoy se encuentra tapiado. La parte mejor conservada del edificio es la cabecera, de grandes dimensiones. En su interior aparecen restos de decoración esgrafiada, entre los que se puede encontrar un guerrero armado. También había acceso desde el exterior a la cabecera, por una puerta adintelada colocada en el muro frontal de la misma. A ambos lados de la cabecera, aparecen sendos contrafuertes, en uno de ellos encontramos el escudo de los Monroy.

 

Esta iglesia se conocía con el nombre de Santo Domingo, por ser este Santo el patrón de la orden de las monjas que allí vivían. El resto de las dependencias del convento ya ha desaparecido.

        

Ignoramos el momento en el que se abandonaron estos conventos, pero hay que recordar que, ya después de la muerte de Beatriz de Monroy y Ayala, esposa del Conde de Oropesa, Belvís pasa a formar parte de dicho condado, y por tanto, el declive de la Villa por el abandono de los Señores empieza  a hacerse patente. En 1791 aún aparecen datos oficiales de los conventos, así como el número de monjas que los habitan: 17 de 33 en San Juan y 10 de 34 en Santa Ana. El problema se agrava a mediados del siglo XIX por las desamortizaciones, suprimiéndose y arruinándose.

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